Con el paso de los años, la piel pierde colágeno, disminuyen depósitos grasos a nivel facial y el hueso pierde densidad. Todo ello conlleva que la piel de la cara pierda firmeza y se desplace hacia abajo y el centro, dando aspecto envejecido.
La pregunta de si podemos combatir la flacidez facial es muy frecuente en nuestra consulta y la respuesta es SÍ, podemos luchar contra ella y minimizarla.
¿Cómo podemos hacerlo?
En primer lugar teniendo una alimentación adecuada, rica en frutas y verduras que son las fuentes principales de antioxidantes y sin olvidarnos de las fuentes proteicas. No conviene perder mucho peso puesto que a partir de una cierta edad, el 10% del peso perdido corresponde a grasa facial y favorece la flacidez de la zona.
En segundo lugar, la utilización de cosmética médica como tratamientos con retinol, ayudan a tener piel más tersa, luminosa y firme.
En tercer lugar, podemos utilizar técnicas que aumenten la producción de colágeno como sería la radiofrecuencia o la inyección de inductores de colágeno como el ácido poliláctico o la hidroxiapatita cálcica. Con ello, conseguiremos dar mayor densidad y tensión a la piel.
En cuarto lugar, podemos reposicionar y suplir los depósitos grasos desplazados o reducidos mediante la inyección de ácido hialurónico. Con ello, daremos estructura a la cara y reduciremos la sensación de flaccidez. Con el uso del ácido hialurónico podemos simular proyección ósea en pacientes con déficit de hueso o bien suplir el hueso reabsorbido por la edad.
Es posible aumentar la tensión aplicando hilos tensores. Los hilos tensores son estructuras que se anclan en e tejido subcutáneo y traccionan en la dirección de colocación. Es un procedimiento ambulatorio y aumenta también la producción de colágeno.
La tecnología HIFU o ultrasonidos de alta intensidad, produce una lesión controlada interna manteniendo intacta la capa epidérmica y permite la retracción del tejido, contribuyendo así a la tensión de la cara.
¿Contraindica la cirugía la realización de alguna de estas técnicas?
No, ninguna de estas técnicas contraindica una cirugía posterior. Es más, la cicatrización, la respuesta de los tejidos a la cirugía, siempre es mejor en una piel tratada previamente.
¿Todo el mundo puede realizarse estas técnicas?
No todos los pacientes son subsidiarios por eso es imprescindible la valoración médica para realizar un diagnóstico y plan de tratamiento que se ajuste a las condiciones médicas de cada uno.
Como resumen podemos decir que si cuidamos nuestra piel por fuera y por dentro, podremos mantenerla en mejores condiciones durante más tiempo, una buena alimentación, un uso adecuado de cosmética médica y la aplicación de tecnología permiten retrasar o evitar una futura cirugía.
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