¿Quién no ha tenido nunca algún brote de acné?
Adolescencia y acné suelen ir de la mano, pero hay personas que sufren durante más tiempo con esta patología de la piel sobretodo el acné vulgar.
El tratamiento del acné va dirigido a regular la secreción sebácea (sebo o grasa) y disminuir las bacterias que la colonizan. Si no se trata correctamente, las lesiones dan paso a cicatrices que pueden comprometer la estética y afectar psicológicamente a la persona.
A pesar de ser una enfermedad común y recurrente, hasta hoy nunca se ha observado un tratamiento 100% eficaz para las cicatrices de acné, siendo diferente según el caso y las características de las lesiones.
Una vez están establecidas las cicatrices, contamos con diferentes tratamientos para disminuirlas como serían los peelings, la técnica de microagujas ( Nanopore Turborroller o Demapen) o láser de Erbium (Fraxel Dual, iPixel) o CO2 (Gynelase).
Entre las varias técnicas utilizadas, la técnica de micropunción con microagujas, viene mereciendo la atención de pacientes y profesionales del área. Un estudio, publicado en Surgical & Cosmetic Dermatology, presenta los beneficios de esta técnica.
El procedimiento se realiza con un dispositivo especial, el DERMAPEN o Nanopore Turborroller con contiene micro agujas entre 0,5 y 2,5 mm. Estas microagujas se aplican en la región a tratar realizando varios pases. Ello provoca microlesiones en la dermis, que generan la producción de colágeno.
Previamente se limpia la piel y se utiliza anestésico tópico para evitar molestias durante la sesión. Es posible reanudar las actividades normales un día después del tratamiento. Pero, es importante destacar que se trata de un procedimiento que debe ser realizado con orientación de un médico estético o dermatólogo.
Vale la pena recordar que pueden ser necesarias varias sesiones y/ o la asociación con otras técnicas para un mejor resultado.
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